Mujeres poetas

Para conmemorar el día internacional de la poesía hoy recordamos a esas mujeres que hicieron del verso su profesión, arte y lucha.

Rosalía de Castro (24 de febrero de 1837, 15 de julio de 1885): Poetisa y novelista española que escribió tanto en gallego como castellano. Considerada entre los grandes poetas de la literatura española del siglo XIX.

—Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha,
Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
Con la eterna primavera de la vida que se apaga
Y la perenne frescura de los campos y las almas,
Aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.

Gloria Fuertes (Madrid, 28 de julio de 1917 - ibídem, 27 de noviembre de 1998): Poetisa española, ligada al movimiento literario de la Primera generación de posguerra, pero fue mundialmente conocida por sus colaboraciones en programas infantiles y por su poesía enfocada a la infancia.

Nací para poeta o para muerto,
escogí lo difícil
—supervivo de todos los naufragios—,
y sigo con mis versos,
vivita y coleando.

Emily Dickinson (Amherst, Massachusetts, 10 de diciembre de 1830-ibídem, 15 de mayo de 1886): Poetisa estadounidense, cuya poesía apasionada ha colocado a su autora en el reducido panteón de poetas fundamentales estadounidenses.

Sobreviví la noche de un modo secreto
y entro en el día.
Le basta al que está a salvo saber que fue salvado
aunque no sepa el cómo.

Tomo, pues, mi lugar entre los vivos,
como quien deja que lo lleven,
candidata al azar de la mañana
pero citada con los muertos.

Margaret Atwood (18 de noviembre de 1939, edad 77), Canadá: Es una prolífica poeta, novelista, crítica literaria, profesora y activista política canadiense. Es miembro del organismo de derechos humanos Amnistía Internacional.

El resto de nosotros mira detrás de la valla
mientras la mujer avanza a paso desbocado
hacia su dolor como en una carrera en cámara lenta.
Vemos su cuerpo en movimiento
y no escuchamos sonidos, o los escuchamos
pero el idioma, no; o nos damos cuenta
de que no es un idioma que conozcamos,
por ahora. La podemos ver con claridad
aunque para ella sea correr entre humo negro.

Montserrat Abelló: Fue una poetisa y traductora española que escribía en lengua catalana.

Cada cual debe tener
una habitación propia.
Y un patio azul
donde pasear las dudas.

Más allá del sol
vivirá el deseo
y la nostalgia
de la primera palabra.

Doris Lessing (Kermanshah, 22 de octubre de 1919 − Londres, 17 de noviembre de 2013): Mujer rebelde publicó también bajo el pseudónimo de Jane Somers, fue una escritora británica, ganadora del Premio Nobel de Literatura en 2007.

Cuando miro hacia atrás me parece recordar el canto.
Aunque siempre estaba en silencio aquel salón largo y tibio.

Impenetrables, creíamos, esos muros
oscurecidos de escudos antiguos. La luz
brillaba sobre la cabeza de una chica o sobre sus piernas
jóvenes despatarradas. Y las voces bajas
subían en el silencio a perderse como en el agua.

Alda Merini (Milán, 21 de marzo de 1931 - ibíd. 1 de noviembre de 2009): Es considera una de las voces más claras y profundas de la poesía italiana del siglo XX. Con lucidez extrema, Merini narró en sus poemas la experiencia de la locura (vivió casi 20 años en manicomios, de 1961 a 1978).

A quien me pregunta
cuántos amores he tenido
le respondo que mire
en los bosques para ver
en cuántas trampas ha quedado
mi pelo.

Gioconda Belli (Managua, 9 de diciembre de 1948): Es una poeta, novelista y activista nicaragüense. Su obra literaria se caracteriza por su compromiso político y por rescatar y ahondar en el universo femenino, reivindicando el papel de las mujeres en la sociedad y en la construcción de la cultura.

Y Dios me hizo mujer
Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
-
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
codo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
-
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.

 

 

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